Hace ya tres meses tuve la oportunidad de vivir una gran experiencia que me enriqueció tanto a nivel personal como profesional. Aquí me voy a centrar en lo segundo porque si hablo de lo primero me podría tirar horas y horas.
Esta experiencia consistía en hacer las prácticas curriculares en Paraguay, hasta aquí todo normal, lo que la hace especial es que estuve en una zona que ni los propios habitantes de Paraguay saben que existe y si lo saben lo olvidan, se trata del Bañado Sur (Asunción).
Sólo la idea me llenaba de alegría e ilusión, una ilusión que poco a poco se convertía en miedo porque todo el mundo me decía: ¿tú sabes dónde vas?, ¿te sientes preparada para estar en esas condicones?,etc...
Este miedo, o mejor dicho esta inquietud, se vió agravada cuando visité la zona : no había asfalto, no había coches, las casas eran bastante precarias, los niños andaban descalzos y los animales reinaban las calles.
Desde fuera y con los estereotipos que las sociedad nos crea pensé que no sería capaz de aguantar allí, pero todo lo contrario, cada día que pasaba más me enganchaba ese lugar, pues tenía algo especial: su gente.
El primer día de pácticas en el colegio San Miguel fue un cúmulo de cosas que inhundaban mi cabeza, por un momento, ingenua de mi, pensé: qué me van a enseñar aquí si no tienen nada.
Y mira si me enseñaron, me enseñaron que con nada se puede hacer mucho, que una caja de cartón da para mucho más que para tirarla al contenedor, que es todo lo que te propongas que sea, porque los niños otra cosa no, pero imaginación les sobra.
Allí no había fotocopiadora, ni casette, ni material lógico, ni sillas para todos...
Pero la dinámica de la clase no se veía afectada por eso ni mucho menos, porque se enseñaban hábitos y para eso no hace falta más material que otra persona que de ejemplo.
Por eso desde esta pequeña ventanita os animo a dejar volar vuestra imaginación y nunca dejeís de hacer lo que queráis por no tener el material específico porque hay muchas alternativas, sólo teneís que mirar a vuestro alrededor.
Aquí os dejo un video del Colegio San Cayetano en el que hacia los seminarios. Este centro pertenece a la misma fundación que el colegio en el que estuve, Fe y Alegría.
Esta experiencia consistía en hacer las prácticas curriculares en Paraguay, hasta aquí todo normal, lo que la hace especial es que estuve en una zona que ni los propios habitantes de Paraguay saben que existe y si lo saben lo olvidan, se trata del Bañado Sur (Asunción).
Sólo la idea me llenaba de alegría e ilusión, una ilusión que poco a poco se convertía en miedo porque todo el mundo me decía: ¿tú sabes dónde vas?, ¿te sientes preparada para estar en esas condicones?,etc...
Este miedo, o mejor dicho esta inquietud, se vió agravada cuando visité la zona : no había asfalto, no había coches, las casas eran bastante precarias, los niños andaban descalzos y los animales reinaban las calles.
Desde fuera y con los estereotipos que las sociedad nos crea pensé que no sería capaz de aguantar allí, pero todo lo contrario, cada día que pasaba más me enganchaba ese lugar, pues tenía algo especial: su gente.
El primer día de pácticas en el colegio San Miguel fue un cúmulo de cosas que inhundaban mi cabeza, por un momento, ingenua de mi, pensé: qué me van a enseñar aquí si no tienen nada.
Y mira si me enseñaron, me enseñaron que con nada se puede hacer mucho, que una caja de cartón da para mucho más que para tirarla al contenedor, que es todo lo que te propongas que sea, porque los niños otra cosa no, pero imaginación les sobra.
Allí no había fotocopiadora, ni casette, ni material lógico, ni sillas para todos...
Pero la dinámica de la clase no se veía afectada por eso ni mucho menos, porque se enseñaban hábitos y para eso no hace falta más material que otra persona que de ejemplo.
Por eso desde esta pequeña ventanita os animo a dejar volar vuestra imaginación y nunca dejeís de hacer lo que queráis por no tener el material específico porque hay muchas alternativas, sólo teneís que mirar a vuestro alrededor.
Aquí os dejo un video del Colegio San Cayetano en el que hacia los seminarios. Este centro pertenece a la misma fundación que el colegio en el que estuve, Fe y Alegría.